sábado, 15 de febrero de 2014

Nacimiento de la moneda.

¡Primera entrada de numismática del blog! Me pareció interesante iniciar una nueva categoría de numismática con una entrada dedicada al nacimiento de la moneda. Probablemente resulte un poco complejo teniendo en cuenta que preparé la información que pondré aquí mismo para un trabajo de la facultad. Si hay dudas o cualquier cosa, lo más sencillo es preguntar. Por otro lado, puede que alguien que sepa de numismática no esté de acuerdo con lo que yo escriba aquí. Sin problemas, aceptaría una recomendación o una crítica en los comentarios. ¡Pongámonos a ello!

Nacimiento de la moneda.

Para la determinación del posible nacimiento de la moneda, son especialmente relevantes los yacimientos del Artimisión de Éfeso y el Tesoro de Asiut. Especialmente el primero, por ser aquel en el que más restos numismáticos se han encontrado.

En el yacimiento del Artemisión de Éfeso se han encontrado hasta 93 piezas. Entre estas piezas podemos encontrar, por un lado, las "gotas" - pequeñas piezas de metal con forma ovalada, casi de lenteja - que pueden considerarse como antecesoras de la moneda, aunque aún carecen de sello; y ,por otro lado, monedas como tal, es decir, trozos de metal con un peso y forma más o menos determinados que se acuñan para otorgarles garantía. Gracias a la aparición de estos dos tipos de elementos se puede ver en el propio Artemisión una clara evolución de la moneda.

De entre todos estos hallazgos podemos destacar, dentro del grupo de piezas con impronta, la aparición de: un grupo de diecinueve piezas, donde se encuentran, junto a un aboita punzonada, cinco ejemplares con una cabra en el anverso, doce ejemplares con gallos encarados y uno con la cabeza de león de frente; catorce monedas de la serie del león, donde se aprecian diferencias en la forma de las patas; dos piezas con la impronta de un caballo embridado; dos con los tipos de la ca beza del grifo y la cabeza de un halcón; una pieza que presenta en el anverso la forma de una foca; cuatro series que presentan un prótomo de ciervo, la cabeza de un humano a la izquierda, la cabeza de un toro a la derecha y un escarabeo; un afracción con un león agazapado; piezas con el tipo de un atún; y piezas figuradas con doble cuño. Además de éstas, hay algo menos de cincuenta piezas más.

Estado actual del Artemisión de Éfeso. Imagen extraída de wikipedia


De entre las piezas mencionadas algunas se han podido relacionar con poblaciones concretas. Tenemos así que la fracción del león agazapado se ha relacionado con Mileto, así como la moneda con el tipo de la foca se ha relacionado con Focea. Con esta misma población también se ha relacionado la pieza pieza que presenta el tipo del grifo, lo que vendría a presentar la posibilidad de que las ciudades dudasen a la hora de seleccionar el símbolo que iban a emplear para la acuñación.

Una pieza con el tipo de un ciervo, donde aparece una inscripción que reza “Phaneos emi sēma”, es decir, “soy el signo de Fanes”, se relaciona con la propia Éfeso, así como los ejemplares que presentan una zarpa de león, aunque estos últimos también se han relacionado con Lidia. Las piezas del tipo del atún se han relacionado con Cízico y las piezas de doble cuño con Samos.

Toda esta variedad en las emisiones griegas, en comparación a las lidias, que toman por símbolo el león de manera constante, se puede explicar tanto por intereses privados como por la existencia de un estado centralizado y fuerte lidio en comparación a la independencia y autonomía de las polis griegas. Dentro de los intereses privados podemos encontrar al propio artesano que ha creado la moneda o a personas que empleaban dichas monedas como tributo y querían dejar constancia de este hecho.

A parte del yacimiento del Artemisión de Éfeso, se ha hecho referencia previamente al tesoro de Aliut, descubierto en 1975 y que aportó nuevas pistas en lo referente a la moneda. En este yacimiento, más modesto, se puede ver claramente como el paso del lingote o metal pesado a la moneda tiene lugar en Lidia, en el siglo VI, en torno al inicio del reinado de Aliates.

Pero esta evidencia no supone que la moneda sea una invención Lidia de manera contundente, pues la moneda no es únicamente un valor material sino también un concepto social para el que es necesario una serie de reformas estructurales en la sociedad. En este sentido, los lidios no tenían la necesidad de acuñar una moneda como tal, pues el valor del metal era intrínseco en sus sociedades y no representaban las acuñaciones una medida de valor, como supondrán las monedas en el ámbito griego. De este modo, en Lidia el lingote y la moneda, se usaban de manera indistinta y la acuñación era únicamente estatal, concibiendo así un tipo que parecía una marca de propiedad. Así la moneda se creaba para atesorar y no como un elemento medidor del valor de los objetos de intercambio. Lo que sí es claro y se debe atribuir indudablemente a Lidia es la influencia que tuvo sobre Grecia en lo referente al uso de las “gotas” de metal para los intercambios.

Mapa con la localización de Lidia en el 600 a.C.  Imagen extraída de esta web

Para las ciudades Jonias, ampliamente influidas por Lidia dada la proximidad de sus fronteras, la acuñación sobre las “gotas” de metal de un emblema propio de la ciudad y no de un tipo parecido a una marca de propiedad, suponía el reconocimiento de esa moneda por parte de todos. Y aquí se encuentra la concepción de la moneda como tal, la moneda como elemento conocido y empleado por todos. Además, en poco tiempo empieza a considerarse la medida oficial de valor y un medio de compra garantizado. Y no mucho después se asociará esta acuñación de metal a un valor numérico determinado, y la riqueza se medirá en estos valores numéricos asociados a la moneda, es decir, la riqueza se medirá en monedas.

La acuñación estatal acaba, además, con las posibles prácticas de piratería o vandalismo en cuanto al intercambio de las “gotas” de metal se refiere. Cabía la posibilidad de que un individuo acuñase su propia moneda con un peso y una calidad muy inferiores a las que aseguraba. La acuñación estatal pasa a garantizar un peso y una calidad determinadas, algo imprescindible a la hora de crear el concepto de moneda y a la hora de considerarla la medida de valor oficial así coo un medio de compra garantizado, como ya se ha dicho previamente.

Pero antes de toda esta evolución hay un momento previo en el que se comercia con lingotes de metal, intercambiando éstos por otros elementos y considerándose a dichos metales como materiales muy valiosos, dada la perdurabilidad que tenían. En dichos lingotes suelen aparecer marcas, con lo que en un inicio se consideró que éstas podrían ser las antecesoras del sello o tipo de la moneda, pero lo más probable es que se hicieran sobre ellos para asegurar el peso y la calidad del metal del que estaban hechos.

En un momento determinado en torno a la primera mitad del siglo VII a.C., en la zona de Lidia los lingotes pasaron a estar tallados de acuerdo a un forma y un peso determinados. En poco tiempo su forma pasó a ser lenticular y su peso no muy elevado, de manera que se convirtieron en “gotas” de metal, mucho más aptas para el intercambio dada la facilidad de su transporte. Aparecen así las antecesoras de la moneda, que seguirán la evolución previamente expuesta hasta llegar a la moneda como tal.

Ahora bien, anteriormente se ha expuesto que se podía considerar a Lidia como una cuna de nacimiento de la moneda. Esto se debe, por un lado, a la defensa que realiza de esta teoría Jenófanes de Colofón, apoyado en cierto modo por Heródoto, y por otro lado a la presencia del río Pactolos, que cruza la región y tiene en sus aguas electo en estado natural. Teniendo en cuenta estos factores, así como que las primeras “gotas” de metal y monedas se crearon en electro, la teoría del nacimiento de la moneda en Lidia no parece una idea descabellada.

Pero Jenófanes probablemente asoció la moneda a Lidia a causa de la ostentosidad y la disponibilidad de metales de esta región y Heródoto sólo se refiere a que en ella tuvo lugar por vez primera la creación de “monedas de oro y plata”, lo que se puede considerar una mención a las monedas de electro o la afirmación de otro fenómeno distinto que sí se asocia claramente con Lidia: la creación de monedas de oro y plata separadas a partir de la división del electro en estos dos metales.

Moneda Libia de Oro. Imagen extraída de la página WildWinds
Las monedas de oro creadas de este modo, tras separar el electro, serían las “creseidas”, que sí se consideran las primeras monedas acuñadas en oro en la antigüedad y que deben su creación al rey Creso, gobernante Lidio al que se atribuye la reconstrucción del Artemisión de Éfeso en torno al año 650 a.C.

Pese a todo, la acuñación de monedas de plata no es un fenómeno lidio, sino griego. Cuando la moneda llega a la Grecia continental no se acuña sobre electro, se acuña directamente sobre plata. Este hecho se debe, principalmente, a la falta de disponibilidad de electro en la región y la existencia de varias minas de plata que podían suministrar este material a las polis griegas.

 Dicho y expuesto todo lo anterior podemos concluir que si bien la creación de “gotas” de metal y quizá su acuñación son obra de los lidios, la creación del concepto de moneda tal y como lo conocemos a día de hoy es algo puramente griego. Y tendríamos así un proceso de desarrollo a lo largo de la segunda mitad del siglo VII a.C., mediante el cual las “gotas” de metal evolucionan hasta convertirse en monedas.

 Y dicho todo esto, la cuestión del uso de la moneda en época arcaica es otro asunto, pues se han propuesto muchos usos para ella desde el siglo XIX en adelante. Desde considerarla al comienzo como una medida general de valor, intermediaria de los intercambios y medio de atesoramiento, pasando por verla como una producción estatal para la administración estatal, hasta considerarla un elemento de patriotismo y autonomía. No hay porqué descartar ninguna de estas versiones y es probable que la moneda antigua participara un poco de todas ellas.

De este modo tenemos a la moneda como un elemento de medida de valor y medio de compra. Y su atesoramiento era el que determinaba su valor como medio de compra, pues era gracias a esta consideración de la moneda como un elemento válido para el atesoramiento lo que le ofrecía un valor intrínseco como moneda – no como metal, sino en relación a su valor numérico estipulado – y le permitía servir como dicho medio de compra. Además, la acuñación de moneda sí se puede ver como una acción patriótica y de demostración de autonomía y poder por parte del estado de las polis, aunque ese no fuese su fin último, sí se podía considerar un elemento de demostración de independencia.

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Para toda duda, están los comentarios de la misma entrada o incluso un mail al correo que se indica en el blog. Además, si alguien estuviese realmente interesado podría dejarle leer mi trabajo, que trata sobre la moneda en Grecia.

Dicho todo esto, un saludo. ¡Y que la Historia os acompañe!

Miss Izquierdo

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