Retrato Alejandro VI |
A causa de la concesión de bulas
inter caetera,
es decir, de delimitación y exclusividad de territorios, por parte
del papado a los portugueses en 1456, la única ruta marítima
conocida para llegar a los países de oriente que proporcionaban las
especias y otros elementos de lujo quedó en manos de los
portugueses, que tenían plenos derechos sobre la costa de África
que habían descubierto. Esto fue, más que probablemente, el motivo
que llevó a los Reyes Católicos a aceptar una empresa que se
dirigía hacia el oeste y no hacia el sur, es decir, hacia el
Atlántico y no hacia África, con la esperanza de dar la vuelta al
mundo y alcanzar las indias por el otro lado.1
Los monarcas españoles, además, siguieron el mismo ejemplo que
había dado la monarquía lusitana y se aseguraron las bulas papales
que les permitieran hacerse con el territorio que iban conquistando
en la tierra nueva descubierta por Colón. Pidieron dichas bulas al
papa, que ya era Alejandro VI, en 1493. Sin embargo, también se
vieron en la necesidad de firmar dos tratados con Portugal que
permitiesen que esta expansión americana fuese pacífica2
La
posesión lusa de todas las islas que se descubriesen en el
Atlántico, era precisamente lo que debían intentar cambiar los
Reyes Católicos para conseguir hacerse con los territorios del nuevo
continente descubierto3.
Para ello se sirvieron del hecho de que, hasta el momento, lo
negociado incluía todo aquello que estuviera dentro de una
delimitación horizontal que llegaba hasta las islas canarias, pues
era el territorio que, de acuerdo a los avances técnicos del momento
en que se pactó, se podía navegar e interesaba a los portugueses.
Viajes de Colón |
Los
portugueses, en contrapartida, reivindicaron que la ruta descubierta
por Colón les correspondía a ellos de acuerdo a las bulas obtenidas
con anterioridad, especialmente la que les concedió Sixto IV. Sin
embargo, Alejandro VI se puso de parte de los monarcas españoles.
Así, les concedió su exclusivo derecho sobre esa nueva ruta
descubierta y las primicias evangélicas, es decir, sus derechos
particulares como evangelizadores del nuevo mundo, en su bula inter
caetera
del 3 de mayo de 1493. Teóricamente, también concedió la
exclusividad de todos los descubrimientos en tierra, tanto los que ya
se habían hecho como los de habían de hacerse en el futuro y
determinó que ese derecho fuese hereditario para los sucesores de la
Corona de Castilla4.
Brazil siglo XVI |
La
segunda bula inter
caetera
concedida por Alejandro VI se fecha el 28 de Junio de 1493. Esta fue
la bula que determinó el territorio que correspondía a los reyes
católicos y el que correspondía a la monarquía lusa dentro del
Atlántico. Así, delimitaba los derechos portugueses a todo aquel
territorio que se encontrara a cien leguas hacia el suroccidente de
las islas de Cabo Verde y las Azores5;
y los derechos castellanos a todo aquel territorio que se encontrara
hacia el suroccidente del límite que marcaba la línea imaginaria a
cien leguas de las Azores siempre y cuando no hubiese sido
descubierto y conquistado por otro príncipe cristiano antes del día
de Navidad de 1492. Esto provocó el descontento de Portugal y dio
lugar al Tratado de Tordesillas, donde las 100 leguas se extendían a
370 leguas hacia el suroeste de las Azores, permitiendo a los
portugueses hacerse con el actual territorio de Brasil.
Con
la bula eximiae
devotionis
del 2 de Julio de 1493 determinó claramente los derechos castellanos
sobre el oeste del Atlántico y los portugueses sobre el este de
manera perpetua, intentando mantener satisfechos a estos últimos.
Sin embargo, se sirvió de la bula dudum
siquidem
para permitir que los monarcas castellanos pudiesen hacerse con las
islas descubiertas por los Portugueses en oriente siempre y cuando
navegasen hacia ellas por el occidente, es decir, a través del
territorio americano. Determinó así la capacidad de la corona
castellana, y de sus futuros herederos, como Carlos V y Felipe II,
para disponer a su beneplácito de los territorios suroccidentales
del continente americano y de las islas que pudiesen descubrir y
tomar en oriente, con lo que, gracias a las bulas papales concedidas
por Alejandro VI a los Reyes Católicos, pudo crearse y consolidarse
el futuro Imperio Español en época de los dos monarcas previamente
mencionados, herederos claros de la expansión hacia el occidente de
Castilla bajo el reinado de sus antepasados católicos.
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1DIEGO
FERNÁNDEZ, Rafael: Proceso jurídico del descubrimiento de
América (bulas, tratados y capitulaciones),
página 86
2
Los tratados y bulas se complementaban, pues las primeras eran
la ratificación eclesiástica de los segundos, y estos segundos
podían suponer la necesidad de crear nuevas bulas si se realizaban
posteriormente a la creación de una de ellas y suponían
modificaciones en lo previamente ratificado por el Papa. El primero
de los tratados entre los monarcas españoles y los lusos fue el de
Alcaçovas-Toledo y se llevó a cabo en el mismo momento que las
bulas papales de 1456 que permitieron el monopolio luso sobre las
islas y los territorios africanos descubiertos en África y sobre,
en teoría, todas las islas del Atlántico a excepción de las
Canarias, que serían de los reyes españoles conforme a ese
tratado.
3 Aunque
en el momento no se sabía que se trataba de un nuevo continente y
se consideraba sólo el descubrimiento de una nueva ruta en oriente.
4 No
así a los del reino de Aragón que, a la muerte de Fernando, si se
separaban nuevamente de Aragón, quedarían sin derechos sobre el
territorio americano.
5 DIEGO
FERNÁNDEZ, Rafael: Proceso jurídico del descubrimiento de
América (bulas, tratados y capitulaciones),
página 109
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Mi principal fuente bibliográfica para esta entrada fue el siguiente artículo, mencionado en las notas:
DIEGO FERNÁNDEZ, Rafael: Proceso jurídico del descubrimiento de América (Bulas, Tratados y Capitulaciones), recogido en Anuario Mexicano de Historia del Derecho, no2, México, 1990, pp. 81-114
Martina (MissIzquierdo)
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