jueves, 11 de diciembre de 2014

Las bulas de Alejandro VI y el monopolio español en América.

Retrato Alejandro VI
A causa de la concesión de bulas inter caetera, es decir, de delimitación y exclusividad de territorios, por parte del papado a los portugueses en 1456, la única ruta marítima conocida para llegar a los países de oriente que proporcionaban las especias y otros elementos de lujo quedó en manos de los portugueses, que tenían plenos derechos sobre la costa de África que habían descubierto. Esto fue, más que probablemente, el motivo que llevó a los Reyes Católicos a aceptar una empresa que se dirigía hacia el oeste y no hacia el sur, es decir, hacia el Atlántico y no hacia África, con la esperanza de dar la vuelta al mundo y alcanzar las indias por el otro lado.1

Los monarcas españoles, además, siguieron el mismo ejemplo que había dado la monarquía lusitana y se aseguraron las bulas papales que les permitieran hacerse con el territorio que iban conquistando en la tierra nueva descubierta por Colón. Pidieron dichas bulas al papa, que ya era Alejandro VI, en 1493. Sin embargo, también se vieron en la necesidad de firmar dos tratados con Portugal que permitiesen que esta expansión americana fuese pacífica2
La posesión lusa de todas las islas que se descubriesen en el Atlántico, era precisamente lo que debían intentar cambiar los Reyes Católicos para conseguir hacerse con los territorios del nuevo continente descubierto3. Para ello se sirvieron del hecho de que, hasta el momento, lo negociado incluía todo aquello que estuviera dentro de una delimitación horizontal que llegaba hasta las islas canarias, pues era el territorio que, de acuerdo a los avances técnicos del momento en que se pactó, se podía navegar e interesaba a los portugueses.
Viajes de Colón
Los portugueses, en contrapartida, reivindicaron que la ruta descubierta por Colón les correspondía a ellos de acuerdo a las bulas obtenidas con anterioridad, especialmente la que les concedió Sixto IV. Sin embargo, Alejandro VI se puso de parte de los monarcas españoles. Así, les concedió su exclusivo derecho sobre esa nueva ruta descubierta y las primicias evangélicas, es decir, sus derechos particulares como evangelizadores del nuevo mundo, en su bula inter caetera del 3 de mayo de 1493. Teóricamente, también concedió la exclusividad de todos los descubrimientos en tierra, tanto los que ya se habían hecho como los de habían de hacerse en el futuro y determinó que ese derecho fuese hereditario para los sucesores de la Corona de Castilla4.
Brazil siglo XVI
La segunda bula inter caetera concedida por Alejandro VI se fecha el 28 de Junio de 1493. Esta fue la bula que determinó el territorio que correspondía a los reyes católicos y el que correspondía a la monarquía lusa dentro del Atlántico. Así, delimitaba los derechos portugueses a todo aquel territorio que se encontrara a cien leguas hacia el suroccidente de las islas de Cabo Verde y las Azores5; y los derechos castellanos a todo aquel territorio que se encontrara hacia el suroccidente del límite que marcaba la línea imaginaria a cien leguas de las Azores siempre y cuando no hubiese sido descubierto y conquistado por otro príncipe cristiano antes del día de Navidad de 1492. Esto provocó el descontento de Portugal y dio lugar al Tratado de Tordesillas, donde las 100 leguas se extendían a 370 leguas hacia el suroeste de las Azores, permitiendo a los portugueses hacerse con el actual territorio de Brasil.
Con la bula eximiae devotionis del 2 de Julio de 1493 determinó claramente los derechos castellanos sobre el oeste del Atlántico y los portugueses sobre el este de manera perpetua, intentando mantener satisfechos a estos últimos. Sin embargo, se sirvió de la bula dudum siquidem para permitir que los monarcas castellanos pudiesen hacerse con las islas descubiertas por los Portugueses en oriente siempre y cuando navegasen hacia ellas por el occidente, es decir, a través del territorio americano. Determinó así la capacidad de la corona castellana, y de sus futuros herederos, como Carlos V y Felipe II, para disponer a su beneplácito de los territorios suroccidentales del continente americano y de las islas que pudiesen descubrir y tomar en oriente, con lo que, gracias a las bulas papales concedidas por Alejandro VI a los Reyes Católicos, pudo crearse y consolidarse el futuro Imperio Español en época de los dos monarcas previamente mencionados, herederos claros de la expansión hacia el occidente de Castilla bajo el reinado de sus antepasados católicos.
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1DIEGO FERNÁNDEZ, Rafael: Proceso jurídico del descubrimiento de América (bulas, tratados y capitulaciones), página 86
2 Los tratados y bulas se complementaban, pues las primeras eran la ratificación eclesiástica de los segundos, y estos segundos podían suponer la necesidad de crear nuevas bulas si se realizaban posteriormente a la creación de una de ellas y suponían modificaciones en lo previamente ratificado por el Papa. El primero de los tratados entre los monarcas españoles y los lusos fue el de Alcaçovas-Toledo y se llevó a cabo en el mismo momento que las bulas papales de 1456 que permitieron el monopolio luso sobre las islas y los territorios africanos descubiertos en África y sobre, en teoría, todas las islas del Atlántico a excepción de las Canarias, que serían de los reyes españoles conforme a ese tratado. 
3 Aunque en el momento no se sabía que se trataba de un nuevo continente y se consideraba sólo el descubrimiento de una nueva ruta en oriente. 
4 No así a los del reino de Aragón que, a la muerte de Fernando, si se separaban nuevamente de Aragón, quedarían sin derechos sobre el territorio americano.
5 DIEGO FERNÁNDEZ, Rafael: Proceso jurídico del descubrimiento de América (bulas, tratados y capitulaciones), página 109

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Mi principal fuente bibliográfica para esta entrada fue el siguiente artículo, mencionado en las notas:
DIEGO FERNÁNDEZ, Rafael: Proceso jurídico del descubrimiento de América (Bulas, Tratados y Capitulaciones), recogido en Anuario Mexicano de Historia del Derecho, no2, México, 1990, pp. 81-114

Martina (MissIzquierdo)

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